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jueves, 28 de mayo de 2015

Alcachofera, la planta depurativa.

La alcachofera se cultiva en la cuenca mediterránea desde tiempos remotos. Su nombre botánico Cynara procede del latín, mientras que scolymus es un vocablo griego que la identifica como espinosa. Las alcachofas de los griegos y romanos se parecían mucho a los actuales cardos. Fueron los árabes quienes lograron variedades más carnosas y sin espinas, dándoles el nombre de Aljarshuf (Lengüetas de tierra), del que procede el término actual.

Las hojas de la alcachofera son grandes y contienen la mayor concentración de los principios activos de la planta, aunque las que se utilizan en alimentación son las brácteas, más pequeñas y carnosas. A pesar de ser una hortaliza de invierno, las alcachofas son sensibles a las heladas y el frío intenso.

Entre sus principios activos destaca la cinarina, que actúa sobre las células hepáticas aumentando la producción de bilis (Efecto colerético) y sobre las células renales, dando lugar a una mayor excreción de orina. Otra sustancia, el cinarósido, posee un cierto efecto antiinflamatorio, y diversos ácidos orgánicos presentes potencian la acción de la cinarina y el cinarósido. Encontramos también esteroles, que reducen la absorción intestinal del colesterol, y otras sustancias (Pectina, mucílagos, manganeso, folatos, potasio, magnesio, étc.) que contribuyen en los efectos medicinales de esta hortaliza.

Su consumo favorece la función desintoxicante del hígado (Efecto hepatoprotector), pues con la bilis se eliminan diversos residuos tóxicos, a la vez que favorece el vaciado de la vesícula biliar (Efecto colagogo). Ello mejora la digestión de las grasas y la evolución de diversas afecciones cutáneas (Dermatitis, eczemas), y provoca un aumento de la producción de orina (Diuresis) y de la eliminación de urea por parte del riñón. Además, ayuda a reducir los niveles de colesterol en sangre, y ejerce un ligero efecto hipoglucemiante (Antidiabético).


Oriunda del sur de Europa, actualmente se cultiva también en Suramérica, California y en el Norte,
en lugares soleados, al amparo del viento, en terrenos arenosos y bien abonados. Sus hojas, que se recolectan antes de la floración, y su raíz la convierten en una planta particularmente apreciada para uso medicinal. Se puede tomar en extracto, comprimidos o incluso en tisana.





Información cedida por "A. Vogel"
La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.

jueves, 21 de mayo de 2015

Cistitis, cómo combatirla/prevenirla.


La cistitis es la inflamación aguda o crónica de la vejiga con infección o sin ella; causada por microbios, normalmente bacterias.
Cuando orinamos nos deshacemos de gran parte de las toxinas y bacterias de nuestro cuerpo, pero a veces éstas bacterias pueden adherirse a la pared de la uretra o de la vejiga  y multiplicarse a mucha velocidad.

Las mujeres son más propicias a contraer infecciones de orina que los hombres puesto que su uretra es más corta y está más cerca del ano, de dónde suele proceder la bacteria. A este respecto, es importante no limpiarse nunca de atrás hacia adelante.

La mayoría de los casos de cistitis están provocados por un tipo de bacteria llamada Escherichia coli.


Síntomas
Los síntomas más comunes de esta infección son:
  • Necesidad persistente al orinar, acompañada de ardor.
  • Sangre en la orina (Hematuria)
  • Orina de color turbio y olor fuerte
  • Malestar pélvico
  • Malestar general, fiebre baja.




Complicaciones
Por lo general estas infecciones, si se tratan adecuadamente y a tiempo, no suelen producir complicaciones, pero si no se tratan pueden llegar a resultar bastante serias ya que la infección puede pasar a los riñones y dañarlos permanentemente.

Tratamientos
Para combatir esta infección debemos utilizar plantas de acción antibiótica tales como la Gayuba, un antiséptico urinario. Hay que destacar que para que esta planta funcione correctamente la orina tiene que ser lo más alcalina posible. 

Por otro lado el arándano rojo presenta también una acción antibiótica contra las bacterias que causan dicha infección. Las propiedades del arándano se atribuyen a sus proantocininas (PAC), que son un grupo de compuestos presentes en algunos frutos que disminuyen la adherencia de los cilios de la Escherichia coli a las paredes de las vías urinarias.

A diferencia de los antibióticos, el uso prolongado del arándano rojo no tiene ningún tipo de efecto secundario sino todo lo contrario; se utilizan tanto en tratamiento como a nivel preventivo, incluso en embarazadas. Además, el uso continuado de antibióticos debilita el sistema inmune, favoreciendo las repeticiones. Por eso es habitual que tras un episodio de cistitis venga otro y otro más.

También hemos de destacar del arándano que es un potente antioxidante que ayuda a combatir los radicales libres, proteger los vasos sanguíneos y mantener los niveles adecuados de colesterol en sangre.
También posee un alto contenido en vitamina C, que contribuye a mantener un sistema inmunitario sano.

A nivel preventivo, un vasito de zumo de arándano al día es suficiente, siendo necesario subir la dosis en caso de infección.


Por Sheyla Buron.

La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa. En todos los casos es preferible consultar con su terapeuta, médico, u otro profesional de la salud.

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